La feria de cocina argentina Masticar
duró 4 días y yo elegí el peor para ir, un domingo. No solo porque era el
último día de la feria (se juntó toda la gente que no fue antes y los que
querían repetir), sino también por ser un domingo (más gente aún que aprovecha
para hacer lo que no puede en la semana).
Elegí este día porque coincidía con
una charla sobre fotografía gastronómica, y como han visto, me gusta mucho
sacarle fotos a la comida.
Con los años me volví un poco fóbica a
las multitudes y aunque amo los mercados y son uno de mis paseos favoritos a la
hora de viajar y conocer otros destinos, la realidad es que no disfruto del
barullo, hacer colas, sortear obstáculos para llegar al lugar deseado y lidiar con
el mal humor de la gente, y el de uno mismo, por la desesperación. Y el hambre
y la comida son una de las cosas que más desesperan.
No me arrepiento de haber ido porque
la pasé bien y estaba en buena compañía. Fede Blas vino conmigo y gracias a que
su amigo y compañero de Llegó Normand,
Gastón Furlong, era parte de la feria con su puesto de aceites La Acequia, pudimos evitar las 3
cuadras de cola que había para ingresar. Lo que no pudimos evitar fueron: la
segunda cola para pagar la entrada, la tercer cola para comprar los vouchers (único
medio para comprar en la feria), la cola para retirar las entradas para las
distintas charlas, la cola para más tarde ingresar a las charlas (estas 2
últimas no las hice, tenía demasiado hambre y eran las 3 de la tarde) y una última
cola para la devolución de dinero sobre los vouchers no usados (esa tampoco la
hicimos, nos gastamos todo).
Más allá de todo esto, comimos
increíblemente bien.
Lo que probamos
En el stand de Pablo Buzzo: Terrina de
cordero patagónico con cebollas y manzanas caramelizadas, acompañada por cous
cous con pasas y avellanas (este plato se
llevó todos los premios y eso que mi debilidad son los dulces).
En Italpast: Lasagna nero di seppia
con langostinos.
En uno de los carritos tipo costanera que
estaban afuera: un crêpe salado (demasiado salado), de pollo, jamón crudo,
queso, huevo y rúcula.
En Yeite, el stand de Pamela Villar,
elegimos la Crème Brûlée de chocolate blanco.
En Cucina Paradiso, el stand de Donato
de Santis: probé su famoso Tiramisú.
En Compañía de Chocolates: Fede pidió
un helado gourmet de dos sabores que no recuerdo.
Para beber compramos agua, un jugo de
mango y mandarina y un café de filtro de Coffee Town.
MASTICAR fue todo un éxito y
recomiendo que vayan, pero mentalizados, otro día que no sea domingo y descansados.
Allí podrán charlar con famosos cocineros, sacarse dudas, pedir recetas,
degustar, descubrir productos, comprar directamente a los productores y por
supuesto, comer rico que hace bien.
Ojalá que el año que viene mejoren el
tema de las colas!
Para más información sobre MASTICAR
pueden ingresar aquí.