No hay nada mejor que una buena
noticia para empezar el domingo. Eso o comer algo rico, como una de mis tortas.
Modestia aparte…
El domingo a media mañana me despertó
mi hermana para decirme: te publicaron en Ohlalá! Venite a desayunar. Salté de
mi cama y allí fui volando en mi bici. Leímos la revista y brindamos con café
con leche. Pero la mejor forma de festejar y de pasar un domingo nublado y
lluvioso era hacer una torta. Tiramisú es uno de mis postres favoritos y nunca lo
había hecho. El que hacen en el restaurant La Huella de Punta del Este es famoso
y después de hacer algunos de sus platos, del libro que editaron el año pasado,
comprobé que saben lo que hacen y por algo su fama. Por ello, esta receta de
Tiramisú que elegí copiar y compartir.
Hice la receta el mismo domingo pero
como me llevó tiempo conseguir todos los ingredientes, la preparación
(que es la parte rápida) y las seis horas de heladera mínimo que necesita, decidí llevarlo a lo de mi hermana al día siguiente y degustarlo con un rico
té. Porque lleva mucho café! Y así de paso seguir festejando, porque para mí,
siempre hay un motivo para brindar: por la cocina y la fotografía, por las
cosas y las personas que me inspiran, porque de lo malo se aprende y lo bueno
te ayuda a seguir adelante. Porque es lindo y hace bien hacer las cosas solo
para uno mismo pero cuando te lo reconocen, también está buenísimo! Gracias
Revista Ohlalá!
Para tener el libro de La Huella entren
aquí.
El té con el que acompañamos el
Tiramisú era de Tealosophy, pueden encontrar ese y muchos más aquí.
El queso mascarpone es difícil de conseguir
pero en Jumbo lo tienen y aquí lo
pueden comprar online.
Va la receta:
Ingredientes
½ litro / 2 tazas de café fuerte
(expresso o de filtro)
1 cda. de licor Amaretto di Saronno o
Cognac (yo usé un licor extra seco porque era lo que había)
100 grs. / ½ taza de azúcar
120 ml. / ½ taza de agua
3 yemas
400 grs. de queso mascarpone
350 grs. /24 unidades de vainillas /
bizcochos de soletillas / de champagne (yo usé vainillas)
1 cda. de cacao en polvo
1 cda. de café instantáneo
Preparación
Preparar el café y colocarlo en un
recipiente amplio y hondo. Cuando esté tibio agregarle el licor y reservar.
En una cacerola pequeña mezclar el
azúcar y el agua, y llevar a fuego suave, sin revolver una vez que el azúcar se
disuelva. Mientras el almíbar hierve y se cocina, batir las yemas con batidora
eléctrica hasta que estén espumosas y blancas. Cuando el almíbar llegue a punto
de hilo (118°C, o cuando al dejar
caer una gota, esta forme un hilo muy delgado; también se percibirá que el
burbujeo se vuelve más lento), unirlo a las yemas haciéndolo caer, sin dejar de
batir hasta que se enfríe a temperatura ambiente (10-15 minutos). Quedará una
crema bien consistente. Incorporarle el queso mascarpone batiendo suavemente y
terminar a mano con espátula de goma, descartando los trocitos de almíbar
cristalizado que pueden haberse adherido al borde del recipiente.
Luego
elegir una fuente rectangular de 20 x 25 cm y 6 cm de profundidad
aproximadamente (en esto no hice caso porque no tenía, y usé una ovalada con
poca profundidad). Sumergir uno a uno los bizcochos en el café con licor, dándolos
vuelta para que se embeban bien (sin que se deshagan) e ir colocándolos uno al
lado del otro formando una base. Rellenar todos los huecos para que la
superficie quede totalmente cubierta. Colocar encima la mitad de la crema de
mascarpone y alisarla con una espátula de goma. Tamizar juntos el cacao y el
café y espolvorearle una cucharada de esta mezcla encima. Repetir todo formando
una segunda capa y terminar con la otra cucharada de cacao y café. Llevar a
heladera por lo menos 6 horas. Dicen que dura hasta una semana, tan rico como
el primer día.