Hace mucho
tiempo que mi madrina me dice de hacer un viaje juntas. Durante todo este año
que pasó propuso varios destinos hasta que se decidió por Sudáfrica. Nunca
visité el continente africano y siempre estuvo entre los primeros puestos en mi
lista de viajes pendientes.
Finalmente
el deseo se cumplió y aquí estoy. Escribo este post mientras viajo, en una
combi, con algunos nativos de este país que vuelven a sus hogares, y otros
tantos turistas como yo, hacia la reserva privada Elandela, ubicada a una hora
del Kruger Park.
Nos
despertamos a las 6 de la mañana. En realidad, nos despertamos varias veces
durante todo el día, desde que llegamos a Johannesburg desde Buenos Aires. Es la primera vez que sufro un jet lag y me
cuesta tanto adaptarme al uso horario local.
Una vez
limpita y vestida (aunque con una cara no muy presentable, por el efecto sueño que no desaparece), nos dirigimos
hacia el restaurant Primavera para desayunar. Después hicimos el check out y
esperamos a que nos vengan a buscar.
Nuestro guía
y chofer se llama Kris. Nos informó que el viaje duraría 6 horas y haríamos dos
paradas para ir al baño y estirar un poco las piernas, que podían durar más de
quince minutos cada una.
También nos
advirtió que el último tramo sería bastante movido pero que no nos
preocupáramos porque él conoce bien el camino y es un buen conductor.
Kris nació
en Mozambique y su padre es sudafricano, pero por su apariencia, su abuelo debió
ser inglés. Ha viajado por toda África y la conoce muy bien. En la primera
parada saqué mi cámara y me dijo: Ah! Tenes una Canon! Si, le respondí. Soy una
chica Canon, una rebelde! (El modelo es Rebel T3i).
Se río y me
dijo que el usaba una Nikon y que además de chofer, es fotógrafo, y se gana la
vida fotografiando la fauna del continente y organizando safaris fotográficos. Me
dio su tarjeta y me dijo, la próxima vez que vengas a áfrica, escribime. Yo te
voy llevar a lugares increíbles donde vas a sacar fotos increíbles, de animales
increíbles.
El camino es
realmente muy bonito, un placer a la vista. Pasamos por varios pueblitos,
campos, plantaciones. Está lleno de montañas y hay todo tipo de árboles, pero
hasta el momento lo único que vi, son vacas. De a ratos me recuerda mucho a
Argentina, no por nada tenemos el mismo clima. El cielo está nublado pero muy,
muy celeste.
Después de
la segunda parada, el camino es realmente movido, se me está complicando
escribir y la verdad es que ya no tengo mucho más para contar por el momento.
Para más
minuto a minuto de mis vacaciones, sigan el siguiente post.
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