Si van a
Buzios, está es la excursión que tienen que hacer sí o sí. Yo recomiendo que la
hagan por su cuenta. Pidan un mapa, tomen un bus o alquilen boogie / auto y van
viendo si les divierte hacer el paseo en barco o lancha o van directo a la
playa. Dato clave: compren su propio snorkel también. Y si son muy friolentos,
no vayan un día nublado. Eso fue lo que me pasó a mí. La excursión vale la pena
si te metes al mar y disfrutas de descubrir la fauna y flora marina que tienen
para ofrecerte esas aguas. Como ya saben,
soy extremadamente friolenta, y aunque me zambullí, nadé y me moví todo lo que
pude, no logré nunca entrar en calor, de hecho me destemplé y terminé con los
labios de color violeta, tiritando en la cubierta del barco. Si, ya sé, una
amarga total.
Esto
igualmente no fue normal, generalmente las aguas de Los Cabos son cálidas, pero
esos días las mareas habían cambiado y que esté nublado no ayudó.
Por suerte,
Fede si pudo disfrutarlo y nadó en todos los puntos donde el barco amarró por
unos ratos.
Estás playas
son de arena muy blanca y fina como la harina. Y al ser así, no quema los pies
pero si reflejan el triple, por ende hay que ponerse mucho protector, anteojos,
sombrero y no estar demasiado tiempo expuesto al sol. En lo posible solo cuando
te metes al mar.
Además, que
la arena sea tan clara, hace que haya más visibilidad al sumergirse.
Luego de la
excursión en barco, nos llevaron a almorzar a un tenedor libre en Cabo Frío y
de allí a conocer una de sus playas del centro.
Espero que
les hayan gustado las imágenes.