De a poquito
en los últimos meses estuve haciendo pequeñas modificaciones y dándole un poco
más de color a mi pequeño hogar. Muchas veces sola no puedo y la que siempre
está lista y cerca para darme una mano es mi hermana. El fin de semana pasado
mientras su marido dormía la siesta, vino con mi sobrina para ayudarme con el reciclado de
un mueble. Mientras Matilda dibujaba nosotras charlábamos cual cotorras y poco
hicimos. Sobre la hora del té Nico llamó para decir que se había despertado con
antojo de torta. No había tiempo para un Sunday´s Cake así que aprovechamos
para ir a conocer un nuevo lugar. Hace poco nos habíamos enterado de la
existencia de La Pastelería de Mauricio Asta en Victoria, y allí fuimos.
Elegimos una
mesa afuera pero para decidirnos nos acercamos al mostrador y ver de cerca la
gran variedad de productos que ofrecen. Para mi alegría y asombro el mismo
Mauricio estaba en el lugar. No dudé en saludarlo y pedirle no solo que posara
para mi cámara, sino también que él mismo me recomiende con que acompañar mi
té. Tarea que le resultó difícil y no lo culpo. Sus creaciones son tan
deliciosas a la vista como al paladar. Finalmente nos decidimos por un muffin de limón
con chips de chocolate y crema de mango, un mini rogel y una mouse de banana
con base de chocolate, corazón de dulce de leche y praliné.
Nos fuimos
contentísimos no solo por las cosas ricas que probamos sino también porque el
lugar es encantador y la tarde estaba tan deliciosa como lo mencionado anteriormente.
Tan contentos nos fuimos que prometimos volver para un brunch. Espero que les
gusten las fotos.