Llegamos a
Elandela un poco antes de 2 de la tarde. Nos recibieron con tambores y un vasito
de Amarula. Nos informaron sobre los horarios de los safaris y las comidas, y luego
acomodaron a todo el grupo en las distintas suites. El almuerzo se sirvió
siempre a las 2.30 y para avisar que la comida estaba lista y esperándonos, usaban
el sonido de los tambores.
En el
comedor, nos recibió su chef estrella, Stephen. Un ser talentoso y encantador.
Stephen estuvo presente durante cada comida durante mi estancia en la reserva. Nos
informaba sobre el menú, de donde provenían los ingredientes y como estaba
preparado cada plato. También nos preguntaba por nuestro día, nuestros gustos e
inquietudes. En resumen, mimó no solo mi estómago, sino también mi alma con su
calidez y su sonrisa.
Para este
primer almuerzo nos preparó una pequeña ensalada y unos spaghetti a la
bolognesa. Tres y media de la tarde
teníamos el primer safari, así que pedí un buen café y me fui a preparar mi
equipo.
En el
próximo post les presento a Clever y Roccy.
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