23 de junio de 2014

MAURITIUS, FINAL DE VIAJE / MAURITIUS, END OF TRIP





























Nos volvimos a levantar muy temprano y volvió a amanecer nublado, de hecho peor que el día anterior. Por suerte ya habíamos programado dos excursiones para hacer durante la mañana. La primera fue un recorrido con guía incluida por uno de los jardines botánicos más grandes e importantes del mundo: el Jardín Botánico de Pamplemousses, o en francés, Jardín botanique de Pamplemousses, o en inglés : Sir Seewoosagur Ramgoolam Botanical Garden. Fue un recorrido corto y a medida porque hacerlo entero es imposible en un día y sólo teníamos un par de horas. Confieso que aunque me encantan el verde y las plantas, soy una total ignorante en el tema y haber ido valió la pena, aprendí, disfruté, y admiré. Tanto que si visitan esta isla es una de las excursiones que les recomiendo hacer.
En las fotos pueden ver todo tipo de especies, de la mayoría no recuerdo sus nombres y muchas de ellas, era la primera vez que veía y tocaba en vivo y en directo.
Este jardín se destaca no solo por la inmensidad y variedad sino también por tener nenúfares gigantes, flores de loto y árboles de Buda. Para los que todavía no se dieron cuenta, soy instructora de yoga, es por eso que no podía faltar mi foto en postura de meditación al pie de uno de esos árboles.
Al finalizar el recorrido la combi nos llevó hasta Port Louis, capital de Mauritius. La verdad es que no hay mucho para ver y recorrer, por eso tan pocas fotos y además porque el material que tengo no es tan bueno. Con el día nublado todo salió muy oscuro y gris. Fuimos a un mercado donde había toda clase de frutas, especies y verduras. Luego pasamos por el Waterfront donde hay un pequeño shopping en el cual aprovechamos para comprar algunos regalitos que nos faltaban.
Ya de vuelta en el hotel nos dirigimos hacia uno de los restaurants para almorzar y a pesar que el día seguía nublado, no quise dejar de practicar al menos una de las actividades que ofrecían y decidí irme a pasear en kayak con mi GoPro.
Solo nos quedaba la mañana siguiente para volver a tomar el avión que nos llevaría a Johannesburg y allí embarcar nuevamente en el próximo vuelo que nos devolvería a Buenos Aires.
Tuvimos una muy buena despedida de la isla, el calor siguió y el sol salió. Aproveché para hacer más playa, comprarme un pareo que me copió una vecinita nórdica y brindar con mi madrina al borde de la pileta por tan lindo, inspirador, renovador y completo viaje.
Para más información sobre el Jardín Botánico de Pamplemousses pueden ingresar aquí.


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